Monumento Histórico

Clave de Ficha: I-09-03895

Nombre: Museo Franz Mayer

Tipo y subtipo de ficha: Inmueble Elemento asociado construido

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Vista general del inmueble, 2018.
Vista del pórtico del patio central (izq.), vista de la escalera que comunica con el primer nivel (dcha.), 2009.
Planta baja arquitectónica, 2018.
Croquis de localización, 2022. Fuente: Sistema de Información Geográfica Ciudad MX Seduvi, 2009.


TIPO DE FICHA
Tipo de ficha: Inmueble
Subtipo de ficha: Elemento asociado construido

Pertenece al conjunto arquitectónico

Clave de ficha Tipo y Subtipo de ficha Nombre
C-09-01974
Conjunto Religioso Templo y Antiguo Hospital de San Juan de Dios
LOCALIZACIÓN
Entidad Federativa:
Ciudad de México
Municipio / Alcaldía:
Cuauhtémoc
Localidad / Colonia:
Cuauhtémoc
Tipo de vialidad:
Vialidad - Avenida
Nombre de la vialidad:
Hidalgo
Número exterior:
51 y 53
Tipo y Nombre del Asentamiento humano:
Colonia - Guerrero
Otra localización:
Con acceso principal sobre la Plaza de la Santa Veracruz.
IDENTIFICACIÓN
Clasificación:
Monumento Histórico

Uso Original

Categoría:
Arquitectura Hospitalaria, de Asistencia o de Protección Social
Género:
Edificio de arquitectura hospitalaria, de asistencia o de protección social
Tipo Arquitectónico:
Edificio Hospital

Nombre

Original y/o Tradicional:
Hospital de San Juan de Dios - Hospital Real de la Epifanía y Nuestra señora de los Desamparados
Actual:
Museo Franz Mayer

Uso Actual

Categoría:
Arquitectura de Cultura, Recreación, Deporte y Esparcimiento
Género:
Conjunto de cultura, recreación, deporte y esparcimiento
Tipo Arquitectónico:
Sitio de exposición: Museo
Categoría:
Arquitectura de Cultura, Recreación, Deporte y Esparcimiento
Género:
Conjunto de cultura, recreación, deporte y esparcimiento
Tipo Arquitectónico:
Salón de fiestas

Patrimonio Perdido

¿Es patrimonio perdido?: No
ASPECTOS LEGALES

Régimen de Propiedad:

Otras formas de propiedad - Gobierno federal

Folio Real RPMZAH:

0262
Declaratoria de Monumento Histórico: Sí  09/02/1931
Folio y Denominación ZMH:
3HZM00000059 Zona de Monumentos Históricos denominada Centro Histórico de la Ciudad de México (11/04/1980)
Listado en Declaratoria de Zona de Monumentos Históricos:
Ubicado en la Zona de Monumentos Históricos:
Sitio Inscrito en la lista de patrimonio Mundial UNESCO: Sí 

Centro Histórico de la Ciudad de México y Xochimilco: 1987, Criterio ii-iii-iv-v

INFORMACIÓN HISTÓRICA
Época de construcción:
XVI
Intervenciones:
XVII, XVIII, XIX, XX, XXI

Información histórica:

Antes de que fuera conocido como el Hospital de San Juan de Dios, este fue consignado bajo el nombre de Hospital Real de la Epifanía y Nuestra señora de los Desamparados, el cual fue fundado por el doctor Pedro López en 1582 y con licencia de Moya Contreras (Muriel 1990:259). La finalidad de su creación respondió a auxiliar a los negros, mulatos y mestizos que enfermos y miserables deambulaban por la ciudad (Muriel 1990:260).

López le dio el título a la institución como Hospital de la Epifanía ya que fue escogido porque involucraba el sentido de la obra. El doctor López adquirió el sitio en donde se encontraba la vieja Alhóndiga Pública la cual estaba en el llamado Tianguis de San Hipólito, por lo que lo constituían una serie de galerones, adaptados sencillamente al nuevo uso (Muriel 1990: 260). Al principio el hospital contó con 30 camas en la cual se recibieron mujeres y hombres, sin contar los niños expósitos.

En la fundación del hospital, se estableció una cofradía formada por personas piadosas e influyentes que llevaron el título de Nuestra Señora de los Desamparados (Muriel 1990:259), la finalidad de esta era amparar a los niños desprotegidos y abandonados por sus padres. La cofradía se encargó de recorrer las calles en busca de infantes que llevaban al hospital, debido a ello se acondicionó un espacio para el cuidado de los infantes. Es así que de alguna forma nace la primera casa de cuna, aunque en aquel entonces no se denominaba así, pues la finalidad del hospital era dar alojamiento y cuidado a los convalecientes y desamparados.

López pronto impuso la necesidad de mejorar el hospital y la iglesia, ya que tuvo que ampliarse debido a la gran demanda de enfermos, por lo que pidió permiso para incorporar más espacio. Su petición fue concedida por el Cabildo el 9 de abril de 1590, con la condición de que tuviera la iglesia labrada y cercada en término de un año (Amerlinck 2005:24). Es así como en 1591 ya se había concluido la edificación de la iglesia, pues el cura de la Santa Veracruz declaró que ya se decía misa en ella (Amerlinck 2005:24).

Al morir Pedro López el 24 de agosto de 1597, la ayuda pública empezó a escasear. El Hospital pasó a manos de su hijo, el presbítero Jusepe López, quien, a pesar de sus esfuerzos por mantener el hospital, este terminó por cederlo al rey Felipe II ofreciéndole el Patronato (Muriel 1990:260). Para los últimos años del siglo XVI, la fama del hospital junto con su cofradía empezó a ser ampliamente reconocida, es así que se ligó más aquel nombre, por lo que finalmente pasó a denominarse a toda la institución como Hospital de Nuestra Señora de los Desamparados (Muriel 1990:260). Sin embargo, el hospital fue decayendo ya que sus rentas habían venido a menos hasta casi extinguirse; no sería hasta 1604 que cambió su historia.

En 1603 llegó a la Ciudad de México la orden juanina, para la cual estaba destinado el hospital del Espíritu Santo, pero debido a su retraso, éste ya estaba a cargo de la Orden de los Hipólitos. Es así como al año siguiente, el virrey don Juan de Mendoza y Luna, le pidió al presbítero Jusepe López para que entregara el hospital de los Desamparados a esta orden, pues cabe señalar que pertenecía al Patronato desde 1599 al rey (Muriel 1991:30).

Quedó formalizada la entrega del hospital el 25 de febrero de 1604, tras ella, don Pedro de Otalora, oidor decano de la Real Audiencia, hizo la entrega formal a los juaninos (Muriel 1991:30). El rey Felipe III aprobó la posesión perpetua del hospital a los juaninos por la Cédula Real el 3 de enero de 1606. Es así como a la llegada de los juaninos y su administración tanto al hospital como al templo marcó una nueva época, ya que debido a la fama que poseían los juaninos, se empezó a atraer tanto al pueblo como a los hombres ricos de la ciudad (Muriel 1991:30), incrementando de esta forma las donaciones, por lo que aumentó el número de enfermos y con ello el mejoramiento de los servicios.

El primer gran mecenas fue don Francisco Sáenz, quien por mano del licenciado Gabriel de Soria, se reconstruyó al costado del hospital la gran iglesia que se dedicó en 1647, la cual enriqueció con pinturas, ornamentos y vasos sagrados. Con ello, entre 1647 y 1649 se hizo edificar dos grandes enfermerías, una baja para mujeres y otra alta para hombres, con capacidad de 50 camas cada una y otra media sala para sacerdotes (Muriel 1991:31). Debido a su fama, los juaninos pudieron conservar las rentas para el sostenimiento, además de las cuantiosas limosnas otorgadas por los feligreses, no obstante, los frailes recorrían la ciudad recabando limosnas con tal esmero, que sus pobres quedaban provistos de todo lo necesario (Muriel 1991: 31).
Si bien los frailes en todos sus documentos, incluyendo los del siglo XVIII, titularon siempre al hospital por su antiguo nombre el de Nuestra Señora de los Desamparados, para el pueblo este nombre no fue el oficial, ya que ante sus dolencias existió un fraile que fue el juanino y por ende su titular sería San Juan de Dios (Muriel 1991:30). Es por ello que hospital pasó a ser mejor conocido como de San Juan de Dios.

Con todo ello, los juaninos lograron convertir el antiguo hospital en uno de los más importantes de la Nueva España, por lo que la segunda reedificación del mismo tuvo lugar a principios del siglo XVIII, esto se debió al interés y esfuerzos realizados por el visitador padre fray Francisco de Barradas (Muriel 1991:31). Por lo cual se ampliaron las enfermerías y se reconstruyó un nuevo templo que se dedicó en 1734. Sin embargo, un incendio ocurrido el 10 de marzo de 1776, destruyó gran parte del edificio; este suceso quedó consignado en una de las hojas volantes para informar a la ciudad de los hechos más importantes (Muriel 1991:36).

A pesar de las perdidas por el incendio, pronto se volvió a reconstruir ambos edificios; no obstante, en 1800 un temblor afecto nuevamente el inmueble, siendo pronto restaurado. Por ello se sabe que en 1815 se encontraba en buenas condiciones.

Todo el conjunto conservó el plano anterior, el cual constaba de jardines y patios rectangulares a cuyos lados se distribuían enfermerías, oficinas, servicios y habitaciones de los frailes (Muriel 1991:31), y constaba de dos plantas. Este edificio fue el que pasó a manos del Ayuntamiento en 1820, ya que entre éste año y 1821, por decreto de las Cortés Españolas, la orden hospitalaria de juaninos fue extinguida, quedando el hospital clausurado por falta de fondos. Cuatro años más tarde quedó convertido en monasterio de monjas de la Enseñanza de Indios, las cuales en 1836 se trasladaron al hospital de Betlemitas.

En 1843 el Gobierno permitió el establecimiento en México de las hermanas de la Caridad, orden que fue fundada por San Vicente de Paul en París a mediados del siglo XVII (Barreiro 1985:18), su objetivo fue estar a cargo de los hospicios y casas de beneficencia, por ello el 2 de marzo de 1845 se les permitió que trabajaran en el Hospital de San Juan de Dios (Barreiro 1985:18). En este mismo año Gaspar Ceballos junto con otras personas, costearon la reedificación del hospital, encargándose de él las hermanas de la Caridad.

Para el año de 1869 se autorizó a las religiosas del hospital la fundación de un asilo de mujeres arrepentidas, bajo el reglamento del Ayuntamiento; este velaría por la seguridad de enfermas sifilíticas y convirtió el hospital en institución exclusivamente dedicado a mujeres con este problema. Durante el Imperio de Maximiliano, se reglamentó la prostitución y por ello se fundó e instaló la Inspección de Sanidad y el Hospital de la Mujer en San Juan de Dios (Martos 1997:)*.

Debido a la reforma hecha a la Constitución en 1873, en donde se abolieron las órdenes religiosas, las hermanas de la Caridad fueron expulsadas, y estas fueron sustituidas por las Comisiones de Hospitales. En 1875 el Dr. Zárate, miembro de Comisiones del Hospital, propuso al Ayuntamiento que se cambiara el nombre del hospital de San Juan de Dios por Hospital de Morelos (Barreiro 1985:20).

Bajo la presidencia de Porfirio Díaz, los hospitales quedaron a cargo de la Junta denominada Dirección de Beneficencia Pública; y para 1914, la XXVI Legislatura, el diputado Querido Moheno mencionó la inutilidad del Hospital de Morelos (Barreiro 1985:20). Debido a ello se suprimieron los gastos de este, llevándolo a casi un cierre definitivo. Es así como pasó a cargo de la Junta de Damas Católicas, las cuales establecieron un hospital de niños, asilo de mendigos y dormitorio para papeleros. Sin embargo, la situación del país debido a la Revolución Mexicana, orilló al hospital a servir como banco de sangre.

Cabe señalar que entre 1903, 1927 y 1928, el edificio fue objeto de reparaciones, siendo notable el decorado y los cuadros que pintó Germán Gedovius. En 1920, el edificio fue restaurado por el Dr. Ortiz Tirado (Barreiro 1985:21). En 1926 se mandó retirar la estatua de Morelos del jardín, la cual fue colocada anteriormente bajo el mandato del emperador Maximiliano en 1865, pues en este espacio se colocó el mercado de flores. Es de este modo que poco a poco el hospital se fue desalojando hasta convertirse en mercado de artesanías.

El 9 de febrero de 1931, el inmueble que albergó el antiguo hospital de San Juan de Dios pasó a ser declarado como Monumento Nacional por el Departamento de Monumentos Artísticos, Arqueológicos e Históricos. Su finalidad de esta declaratoria fue la protección legal a los inmuebles construidos entre los siglos XVI, XVII y XVIII de la República Mexicana (Prieto 1979:61), dada su importancia artística o histórica.

Para 1962, se encontraba en pésimo estado de conservación. En 1968 las fachadas del costado norte, que miran a la plaza de la Santa Veracruz, fueron restauradas, se pusieron cornisas y enmarcamientos de vanos de cantera, que estaban destruidos en su mayor parte. Al año siguiente, por acuerdo presidencial, el inmueble se destinó a Museo de las Artesanías.
**Rubro con información adicional

Preexistencia de otras épocas

Existe preexistencia:

No
FUENTES CONSULTADAS

Orales:

Sin información

Documentales:

Amerlinck de Corsi, María Concepción
2005, "El Hospital de los Desamparados y el testamento de Pedro López", en Boletín de Monumentos Históricos", México, número 3. Consultado el 10 de enero de 2023. Recuperado de https://revistas.inah.gob.mx/index.php/boletinmonumentos/issue/view/191/362.

Barreiro Perera, Olga Maria
1985, "Hospital e Iglesia de San Juan de Dios en la Ciudad de México", (Tesina de Licenciatura), Universidad Nacional Autónoma de México, México. Consultado el 10 de enero de 2023. Recuperado de http://132.248.9.195/pmig2018/0024515/0024515.pdf.

Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos
1972, 6 de mayo en "Diario Oficial de la Federación", México. Consultada el 17 de mayo de 2023. Recuperada en https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/131_160218.pdf

López Portillo, José
1980, 11 de abril, "Decreto por el que se declara una Zona de Monumentos Históricos denominada Centro Histórico de la Ciudad de México", en "Diario Oficial de la Federación", México, órgano de Gobierno Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Tomo CCCLIX, No. 29.

Muriel, Josefina
1990, "Hospital Real de la Epifanía y Nuestra Señora de los Desamparados", en "Hospitales de la Nueva España. Tomo I. Fundaciones del siglo XVI", México, UNAM. Consultado el 12 de enero de 2023. Recuperado de https://historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/hospitales/HNET1019.pdf.

Muriel, Josefina
1991, "Los Hermanos de San Juan de Dios en las fundaciones del siglo XVII", en "Hospitales de la Nueva España. Tomo II. Fundaciones de los siglos XVII y XVII", México. Consultado el 11 de enero de 2023. Recuperado de https://historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/hospitales/HNET2003.pdf.

Museo Franz Mayer. Arte y Diseño
Consultado el 13 de enero de 2023. Recuperado en https://franzmayer.org.mx/historia-del-edificio/.

Prieto Inzunza, Eugenia
1979, "Inmuebles declarados monumentos en el D.F." en "Boletín de Monumentos Históricos", número 2, México, CNMH, INAH. Consultado el 12 de enero 2023. Recuperado de http://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/issue%3A1409.

Sánchez de Tagle, Esteban, Ana Rita Valero y Sergio Martínez
1997, "Padrón de frentes e historia del impuesto predial", México, Universidad Nacional Autónoma de México.

UNESCO
1987 "Centro histórico de México y Xochimilco" en "UNESCO". Consultado el 27 de marzo de 2023. Recuperado en https://whc.unesco.org/es/list/412

UNESCO
2010 "Camino Real de Tierra Adentro" en "UNESCO". Consultado el 27 de marzo de 2023. Recuperado en https://whc.unesco.org/es/list/1351

Inscripciones:

Sin información
MONOGRAFÍA

No

DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA

Descripción arquitectónica:

Sobre la plaza de Santa Veracruz se observan la fachada con el acceso principal al museo, el cual en planta baja, se observa formado por un arco de medio punto enmarcado por cantería sostenido por dos pilastras toscanas, a los costados dos pilastras del mismo orden con relieves geométricos en el fuste; éstas soportan un entablamento sobrio y rematan con dos pináculos. En el costado izquierdo se observa una pilastra toscana de gran dimensión.

En la planta alta se abre un vano recto enmarcado por cantería, con jambas prolongadas y en las esquinas superiores motivos entrecruzados con gotas. La cornisa es de cantería. El pretil remata con formas curvilíneas y una venera en el centro en cantería.

La segunda fachada sobre la misma plaza, presenta en planta baja seis vanos de iluminación rectos enmarcados por cantería, de menores dimensiones que en planta alta, que presenta el mismo número de vanos, de mayores dimensiones, todos los vano se encuentran enmarcados por cantería, con jambas prolongadas y en las esquinas superiores motivos entrecruzados con gotas. La cornisa es de cantería.

En la esquina suroriente del museo que da vista a la plaza con el callejón de San Juan de Dios, se ubica una hornacina en cantería compuesta por un nicho con una imagen de bulto.

Sobre el callejón de San Juan de Dios se repite el tipo de fachada del museo, rematando en la Plaza Santa Veracruz con dos niveles, solo que los bordes de las ventanas parecen ser de cantera y la división entre cada nivel y en la azotea tiene un pretil de cantera. En planta baja presenta siete vanos rectos de iluminación, enmarcados por cantería con jambas prolongadas y todos cuentan con protección de herrería. Se perciben tres contrafuertes en la esquina de la plaza con el callejón, y tres entre los dos últimos vanos. La cornisa divide las plantas y sirve de apoyo a los balcones superiores. En planta alta, los vanos son de menor dimensión, con jambas prolongadas y en las esquinas superiores motivos entrecruzados con gotas. La misma estructura de contrafuertes se repite en planta alta. En las fachadas se cuenta con un pretil de cantera negra a nivel de piso.

La fachada sobre la calle Santa Veracruz, en planta baja presenta 22 vanos de iluminación de proporción vertical; de izquierda a derecha, los primeros 10 vanos presentan enmarcamiento recto y cuentan con protección de herrería; el onceavo vano es de acceso que cuenta con mayores dimensiones que el resto de los vanos y una puerta de fierro color verdoso, tiene enmarcamiento recto y presenta una gran puerta de de herrería; del doceavo al último vano, todos los vanos se encuentran adintelados, cuentan con arcos rebajados y rejas en hierro forjado. En planta alta, similares características, salvo que el primer vano de izquierda a derecha, es horizontal y a nivel del vano número 13, 14 y 15 de la planta baja, en planta alta se percibe un puente que cruza la calle, saliendo del primer nivel y conectándolo con el Museo

Sobre la calle de Valerio Trujano, el museo se distingue del resto del conjunto al que pertenece, por su tono anaranjado en los acabados, cuenta con dos columnas que resaltan del edificio, separadas aproximadamente por tres metros entre ellas; en planta baja, de izquierda a derecha, se observa un vano de acceso con dintel de madera y una pequeña puerta del mismo material; hacia la derecha dos vanos de iluminación más pequeños que el resto de los vanos, presentan proporción vertical, con cerramiento recto y protección de herrería. Se observan dos plantas y en el segundo piso se ven dos pequeños vanos de iluminación redondos al centro y a su derecha tres vanos de iluminación rectangulares y dos más en un nivel más bajo, todos de proporción vertical. Se perciben tres contrafuertes, los dos primeros anteriores al primer vano, el tercero en la esquina derecha.

El interior presenta un pasillo en cuyo costado se percibe un nicho de gran dimensión con arco de medio punto enmarcado en cantería con un busto en bronce en el centro, que permite acceder a un patio principal, compuesto por columnas con énfasis en el fuste, con series de seis y siete, que sostienen vigas madre de madera.

Los pasillos presentan vanos simples sin enmarcamiento. Los entrepisos son de entablado con viguería. En el centro del espacio una fuente en cantería de forma mixtilínea octogonal. El esquema estructural de la planta baja se repite en planta alta. El acceso a la escalera presenta un arco de medio punto en cantería con clave en forma de flor, en cuyos costados se perciben dos pilastras toscanas que sostienen un entablamento sobrio.

Las escaleras son de cantería con pasamanos de madera, en el descanso una columna circular en cuya cara superior se percibe una escultura de un ángel con una flor y en planta alta, el acceso al nivel es por medio de dos arcos de medio punto en cantería con clave en forma de flor y entablamento con gotas. Algunos vanos presentan dinteles en maderas, otros enmarcamientos en cantería. Se percibe la pintura antigua en ciertas áreas del edificio. La cornisa divide las plantas. Los barandales son de hierro forjado.

El uso de talavera blanca, azul y amarilla se percibe en ciertas zonas, nichos y enmarcamientos de vanos. Sobre el pretil a nivel del patio principal se perciben gárgolas en cantería y remates en forma de copones. El área de biblioteca está recubierta completamente de madera ya sea el piso, barandales armarios y entrepisos. En los pasillos se perciben espacios de exposición con muebles antiguos.

El Museo Franz Mayer funciona como una antigua casa virreinal, con el edificio en el contorno y un gran patio con fuente al centro y caminos generados por vegetación. Los pasillos que colindan con el patio cuentan con columnas de concreto en planta baja y primer nivel, en este segundo el pasillo funciona a manera de balcón.
CARACTERÍSTICAS FORMALES Y MATERIALES

Partido Arquitectónico

Partido arquitectónico:
Crujías alrededor de patio central

Fachada Principal

Materiales predominantes del acabado:
Aplanado
Descripción del acabado:
El aplanado es predominante en las fachadas con un tono anaranjado vivo que se percibe en buen estado. La cantería se encuentra alrededor de ventanas y puertas color gris y a manera de pretil en un tono más oscuro.

Estructura Vertical / Muros

Materiales predominantes:
Piedra
Ancho:
0.80 metros por 1.00 metros
Descripción:
Los muros son gruesos de concreto, con vanos remetidos que cuentan con piedra cantera a manera de marco en ventanas y puertas, y como pretil.

Estructura Horizontal / Entrepiso

Materiales y sistemas constructivos predominantes:
Otro
Especifique:
Vigas de madera, entablado, concreto 
Forma de entrepiso:
Plana
Altura aproximada:
3.50 metros
Descripción:
El entrepiso se encuentra hecho de vigas de madera que reposan sobre trabes de madera que a la vez se sostienen sobre columnas toscanas de piedra que enmarcan el jardín principal.

Techumbre

Materiales y sistemas constructivos predominantes:
Otro
Especifique:
Vigas de madera entablado y concreto 
Forma de techumbre:
Plana
Altura aproximada:
Sin información
Descripción:
Al interior se perciben las vigas de madera en el techo sostenidas por columnas que contrastan en sus materiales.

Pisos y pavimentos

Materiales y sistemas constructivos predominantes:
Piedra
Materiales y sistemas constructivos predominantes:
Madera
Materiales y sistemas constructivos predominantes:
Otro
Especifique:
Azulejo 
Descripción:
Los pisos en el interior son de duela de madera y azulejos decorados en tonos azules, mientras que los pisos exteriores son de loseta de piedra.

Escalera principal

Materiales predominantes:
Piedra
Forma:
En forma de "U"
Descripción:
Las escaleras son de aprox. 2m de ancho, con un barandal del mismo material. Los escalones cuentan con "nariz", y conectan el pasillo de la planta baja con el primer piso, estas están cubiertas pero dejan ver espacios abiertos.

Elementos relevantes del inmueble

Descripción:
Las escaleras son de aproximadamente dos metros de ancho, con un barandal del mismo material. Los escalones cuentan con "nariz", y conectan el pasillo de la planta baja con el primer piso, estas están cubiertas pero dejan ver espacios abiertos.
FECHA DE ELABORACIÓN / FECHA DE ACTUALIZACIÓN

Fecha de elaboración / actualización de la ficha:

30-09-1988

Fecha de elaboración / actualización de la ficha:

01-01-2009

Fecha de elaboración / actualización de la ficha:

16-11-2016

Fecha de elaboración / actualización de la ficha:

03-11-2018

Fecha de elaboración / actualización de la ficha:

13-09-2022


PLANOTECA DEL AHJE
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Con fundamento en los artículos 3o de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos y 41 de su Reglamento, deberán aparecer los créditos correspondientes a este Órgano Desconcentrado: SECRETARIA DE CULTURA.- INAH. MEX.

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FOTOTECA CONSTANTINO REYES-VALERIO
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Esta ficha contiene la información que se encuentra en la Base de Datos del Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles, la cual constituye una herramienta de trabajo que el Instituto Nacional de Antropología e Historia utiliza para la identificación de inmuebles con valor patrimonial, asimismo es un instrumento de soporte técnico, documental y académico, en constante actualización, que permite formular y promover programas para la protección, conservación y difusión del patrimonio histórico edificado. La utilización de este material es únicamente con fines de consulta.

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