2. Ejemplar único del barroco novohispano es esta casa que fue propiedad del regidor Tomás López de Ecala en el siglo XIX. Pertenece al grupo de construcciones civiles que ganando terreno a la plaza mayor, donde se ubica, fincó sobre soportales el segundo piso de las estancias que dan al exterior. Esta forma arquitectónica permite a los peatones deambular por un espacio cubierto y guarecerse de las inclemencias temporales.
Mucho se ha hablado de que los propietarios de esta casa y de la contigua, hacia la esquina de la avenida 5 de mayo (antes del Biombo), tuvieron un conflicto de los llamados de "preeminencia", por haberse adelantado la Casa Ecala unos 25 centímetros hacia la plaza, rebasando el límite de las demás fincas de la cuadra. No se he encontrado pruebas documentales de un juicio legal por esta causa en archivos oficiales. Manuel Septién asegura poseer un testimonio de éste, no el original. Es lamentable que no publique el documento ni mencione fecha ni procedencia de éste, al menos debió dar a conocer los párrafos de mayor interés, pues dice que:
...en el fallo se hacen consideraciones, tanto de carácter legal como arquitectónico y urbanístico, dando al mismo tiempo noticias históricas de importancia, pues se hace referencia a la forma como se establecieron los primeros pobladores de la ciudad.
Esta casa posee cuatro portales en la fachada, con arcos de tres centros, que permiten la circulación peatonal, estos descansan en pilares ornamentados con una serie de molduras entrantes y salientes que producen el juego de luces y sombras característico del barroco. Tanto en los soportes como en los arcos hay unas fajas que se enrollan en sus extremos a manera de pergaminos. Después del capitel toscano, los pilares se continúan hasta el entablamento y sus molduras terminan en volutas aparentando ser capiteles jónicos. Un bocelón separa el primer cuerpo del segundo y en este último destacan tres balcones finamente enmarcados sobre ménsulas de cantería labradas, que soportan los barandales de hierro. La forja fue obra de Juan Ignacio Vielma. Él la firmó en 1784, ésta supera tal vez el trabajo de la talla en piedra, pero ninguno se concebiría sin el otro, ambos son exquisitos y constituyen el conjunto más bello de la plaza. La ventana de la izquierda, otrora marco del escudo familiar seguramente, no es menos digna de encomio, en ella se labró una verdadera cortina en piedra, cuyos pliegues exhiben la caída natural de las telas.
La fachada termina con un entablamento cuyos elementos destacan de la siguiente forma: el arquitrabe es un grueso cordón que recuerda los que se tallaron en los conventos franciscanos, éste se eleva a tramos para dar paso a las gárgolas, unas zoomorfas y las otras antropomorfas. El friso se decora con mosaicos blanquiazules y la cornisa se escalona con infinidad de molduras que acentúan el movimiento.
A través de la cochera se penetra al interior de la casa donde se descubre una techumbre de viguería soportada por trompas al estilo mudéjar. Luego, bajo un arco poligonal, se penetra al patio flanqueado por las habitaciones en dos niveles. La planta baja de menor extensión que el primer piso, porque éste último descansa parcialmente en la casa de junto. La fuente y el escudo de la familia López de Ecala no son originales, se colocaron en el último tercio de este siglo.
Al fondo del patio un arco conopial remata el vano de la escalera. En el descanso de ésta, se ve una esfera adornando el pasamanos donde está la fecha 1843.
En el segundo piso hay una galería cubierta, soportada por columnas estriadas y arcos, desde ésta se accede a la estancia principal en cuyos artísticos balcones se contempla la plaza mayor y las copas de los árboles.
Sólo una parte de la casa ostenta un tercer nivel, se trata del mirador, remetido del paño de la fachada para no ser vistos sus moradores. En éste destacan, hacia el interior de la casa, cuatro ventanas hornacina con arcos formados por rocalla, característicos de la ornamentación rococó usada en la Nueva España en el último tercio del siglo XVIII. Sobre éste el reloj de sol, actualmente carece del fiel que marque las horas.
En 1916, durante los trabajos del Congreso Constituyente, esta ciudad fue declarada capital de la República, por lo que las secretarías de Estado se establecieron aquí. Tocó a la casa Escla ser sede de la de Comunicaciones. En 1923 fue propiedad de la Compañía Eléctrica Mexicana. En 1943 fue adquirida por Industrial Eléctrica Mexicana del Centro, al desocuparla, el Gobierno estatal y el Ayuntamiento la arrendaron para destinarla a Casa Municipal de la Cultura, donde también estuvo la Biblioteca Municipal y la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. En 1969 pasó a formar parte del patrimonio de la Comisión Federal de Electricidad.
Entre 1979 y 1985 se restauraron muchas casas, antes de propiedad particular y hoy del gobierno del Estado, las cuales han servido para oficinas. Ésta fue una de ellas, se restituyeron techumbres y entrepisos, se repusieron aplanados y se limpió la piedra de cantería. Los balcones y las gárgolas se consolidaron y se repusieron faltantes.
En 1979 se instaló aquí la Secretaría de Turismo. Hoy es la sede de las oficinas estatales de Desarrollo Integral de la Familia, organismo que preside la esposa del gobernador en
turno.
Texto: Mina Ramírez Montes. 1999.
Listado en decreto de zona de Monumentos Históricos, Diario Oficial 30 de marzo de 1981.
3. Inscripciones en cerámica localizadas en jambas de vanos en la fachada: "D" "D" "2"