San Francisco Hueytetitlan, ubicado a 700 metros al sur del convento principal de Coyoacán, actualmente conocido como Cuadrante de San Francisco, fue uno de los lugares escogidos por los frailes franciscanos para realizar la evangelización de los naturales de la zona (Abundis 2007, Volumen I: 669). Para realizar dicha tarea, erigieron una capilla abierta de visita, este tipo de construcciones tienen su antecedente en los balcones, capillas de flanco o musallas islámicas. Parte de su éxito durante el periodo de evangelización, radicó en que su uso coincidía con el de los espacios ceremoniales prehispánicos: un pequeño lugar cubierto y un gran escenario para recibir multitudes (de Becerril 1994: 88-89 y 124).

Se cree que la forma primigenia de la capilla antigua se asemejaba con la conformación original de San Sebastián Chimalistac, pero con orientación invertida (Abundis 2007, Volumen I: 670).

Los franciscanos estuvieron a cargo del sitio hasta el año de 1569 cuando dejaron el área de Coyoacán y Churubusco debido a la escasez de frailes que afrontaban, por lo que la orden de predicadores, también conocidos como dominicos, asumieron las funciones religiosas del poblado de San Francisco Hueytetitlan hasta la secularización de 1753 (Abundis 2007, Volumen I: 670) (Abundis 2014: 66).

Las celebraciones religiosas tienen un papel muy importante en la vida de sus feligreses. A principios del siglo XX, Ponciano Juárez, el cantor, mayordomo vitalicio del templo, instituyó la costumbre de que un grupo de seis angelitos vestidos con túnicas y alas negras, acompañaran la procesión de la virgen de la Soledad; también era el encargado de la limpieza y adorno del templo, del repique de las campanas y de cantar en el coro. El padre Antonio María Cerrada intentó romper esta tradición en 1922, enfrentándose a la oposición del pueblo. Esta práctica continuó en uso por más de 50 años (Aguilar 1979: 126 y 129). A mediados del siglo XX, uno de los barrios más entusiastas era el de San Francisco sobre todo durante el mes de María en el cual, el recorrido que hacían los feligreses rumbo a la parroquia era encabezado por el mayordomo Juárez; había música y cohetes acompañándolos (Aguilar 1979: 35, 126 y 129). Ponciano falleció el primero de enero de 1962 y sus restos fueron sepultados en el atrio de San Francisco.

La antigua capilla fue declarada como monumento histórico en 1936 (Vázquez 1936: s/f) aunque eso no impidió que siguiera sufriendo modificaciones por el uso.

El arquitecto José Gorbea, Director de Monumentos Coloniales, autorizó la construcción del nuevo templo de San Francisco en enero de 1949; esta obra quedó inconclusa por falta de fondos. En 1968 se otorgó la autorización para intervenir una vez más el edificio. Al mes de octubre de 1996 el templo contaba con una superficie total de 7 000 m2 y 1 500 m2 de área construida (exp. Templo de San Francisco). Frente al nuevo templo de San Francisco se localiza una cruz atrial que se muestra inconclusa, con la fecha 1954. La fachada empezó a cubrirse con tezontle, pero todavía no se ha terminado esta labor (Barbabosa 1996).

La fiesta patronal de San Francisco tiene lugar el 4 de octubre. La celebración comienza nueve días antes con una novena, que consiste en rosario, cánticos y sermones que destacan las virtudes del santo. Durante la noche del 3 de octubre trabajan varias personas para que el repique de campanas y el tronar de cohetes no se detenga. A las seis de la mañana del 4 de octubre comienzan las mañanitas, a las siete hay misa de comunión general y a las diez, misa pontifical a cargo de un arzobispo; entre 1936 y 1948, esta misa estuvo a cargo de monseñor Luis María Martínez, arzobispo de México, quien llamó alguna vez en broma al torero Ponciano Díaz como el señor del gran poder (Aguilar 1979: 130) (Dubernard 1997). Otra tradición de importancia para el barrio, es la visita que la imagen del señor de las Misericordias, residente en Los Reyes, hace al templo de San Francisco durante el mes de septiembre de cada año (Aceves 1988: 171). También se lleva a cabo la misa de comunión general, en esta se pone especial atención en que la gente comulgue, ocupándose más sacerdotes de la confesión (Morales 1995).

Derivado del sismo del 19 de septiembre de 2017, el personal de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del INAH, llevó a cabo una serie de visitas para valorar y reconocer los daños en los inmuebles históricos de la Ciudad de México, en la visita al conjunto de San Francisco, se observó una fisura en el arco de acceso poniente, desprendimiento de aplanados y flambeo en la parte sur de la barda.

El 8 de julio de 1959, la Secretaría de Educación Pública emitió un documento en el que se declara “Monumento Histórico”, todos los edificios religiosos de propiedad Nacional construidos entre los siglos XVI y XIX (Torres 1959: f. 6).

Este inmueble es Monumento Histórico de acuerdo a los artículos 35 y 36 fracción I de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos publicada en el Diario Oficial de la Federación, el 6 de mayo de 1972, que establece: “por determinación de esta Ley son monumentos históricos: Los inmuebles construidos en los siglos XVI al XIX, destinados a templos y sus anexos; arzobispados, obispados y casas curales; seminarios, conventos o cualesquiera otros dedicados a la administración, divulgación, enseñanza o práctica de un culto religioso; así como a la educación y a la enseñanza, a fines asistenciales o benéficos; al servicio y ornato públicos y al uso de las autoridades civiles y militares y las obras civiles relevantes de carácter privado realizadas de los siglos XVI al XIX inclusive” (Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos 1972: 9).