2. DC. Padrón...,pr.8564
1973. Sigue a nombre del propietario registrado en 1952
1952. Por cambio de denominación pasa a la "Sociedad Inmobiliaria Potosina, S.A."
1928. Pasa a la "Sociedad José E. Ipiña Sucesores"
1920. Quedan anexados los prs. 8556, 8557, 8560, 8566, 8567, 8570 y 8578.
1900 ca. Aparece a nombre de José E. Ipiña
ARPPC, EPu. Tomo 8 Inscr. 946 f.131
1881. El 14 de julio el Sr. José E. Ipiña compró esta "finca" al Sr. José María Coca en compañía de sus hijos Francisco y Miguel y Luis Coca, ya que ellos adquirieron por herencia esta propiedad de su madre y esposa de su padre la Sra. Dolores Mejía de Coca ya que la Sra. La adquirió por compra que ella hizo a los señores Ramón, Ignacio, Luis, Freumecia y Guadalupe Duque según la escritura otorgada el día 6 de febrero de 1869.

2. Edificio Ipiña
Este gran edificio ocupa casi toda una manzana, salvo por los dos lotes que el señor Ipiña no pudo adquirir. Queda frente a la Plaza de los Fundadores, y está flanqueado por las calles de V. Carranza y Alvaro Obregón; con la Calle de Independencia en la parte posterior.
Su constructor, don Octaviano L. Cabrera Hernández, lo diseñó por encargo de su suegro don Encarnación Ipiña en 1906, -plena época porfiriana-, en que estaba en boga una manera de construir ecléctica, caracterizada por un concepto de "verdad" en arquitectura pero revestido de ornamentaciones tradicionales tomadas de varios estilos. En este caso el edificio tiende hacia el gusto francés inspirado en las casas de la Rue de Rivoli, debido al deseo de don Octaviano de dotar a la ciudad de San Luis de un aire de grandiosidad como el que él había conocido en su estancia en París. De hecho su intención era que en toda la calle de Carranza se construyeran edificios similares. (1)
La fábrica dio comienzo el mismo años de 1906 y duró seis años; fue suspendida debido a la Revolución. Durante los años de trabajo se pudo terminar casi todo el edificio, salvo las fachadas norte y poniente. Al haberse completado las de Carranza y la que queda frente a la plaza, con sus hermosos pórticos, el edificio da la apariencia de estar terminado.
En él trabajaron, a las ordenes del maestro de obras Florentino Rico, los canteros Atanasio Orta, Luis Aguilar, Nicolás Carrillo, José Jasso y Rafael Cepeda. Probablemente también el escultor en piedra Mónico Gámez, quien era mano derecha del señor Rico. (2)
El edificio fue hábilmente diseñado para tener en la planta baja comercios y en la alta oficinas y casas habitación. Se puede decir que la primera funcionaba como un verdadero centro comercial por sus dos grandes pasajes, llamados de Cristóbal Colón e Isabela Católica, que atraviesan el edificio de norte a sur, y que dan acceso a un número mayor de tiendas. También allí desembocan las escaleras que conducen a dos departamentos del segundo piso. Actualmente los pasajes están tapiados. Existe un tercer piso en las partes donde están los pasajes lo cual acentúa su importancia.
De las ocho casas habitación que hay, todas tienen entrada por la calle, salvo las dos ya mencionadas, a las que se llega por los pasajes. Cuentan con sala, asistencia, pieza de trabajo, cuatro o cinco habitaciones, cuarto de baño, cocina, despensa, patio interior, y escalera hacia la azotea y los lavaderos. En el caso de los departamentos que daban a la Plaza de Fundadores tenían también una terraza. En todos ellos la sala, la asistencia y la recámara principal tienen vista a la calle, y el comedor al patio principal. En estas casas vivieron entre otros, los señores Ipiña y Cabrera. (3)
El diseño de la construcción es único en su género en el país; en él se lograron armonizar los diversos usos que se le dieron. (4)
Los cuerpos del edificio tienen tratamientos diferentes, en las arcadas, por medio de los sillares y de los pilares de planta cuadrangular, se acentúa la horizontal que da una impresión de pesantez, en tanto que en la segunda planta predomina la vertical gracias a las pilastras estriadas con capitel jónico y a las ventanas enmarcadas, que aligeran el conjunto. Sobre ellas unos segmentos de cornisa riman con la horizontal de la planta baja. Igual efecto hace la cornisa que recorre todo el edifico. El remate del lado de la calle de Carranza esta hecho por una herrería en tanto que, el del lado de plaza, es un pretil de cantería adornado con unos macetones, en ambos casos la horizontal encuadra al edificio.
La fachada de los pasajes en la segunda y tercera planta es diferente del resto del edificio. Cinco pares de pilastras estriadas separan ventanas con balcones semicirculares y en su extremo superior llevan frontones triangulares que interrumpen la cornisa que recorre el edificio. En el tercer piso las ventanas tienen la parte de arriba semicircular, con lo que riman con los arcos del portal. La cornisa que va uniendo estos semicírculos y el arquitrabe que finaliza estos cuerpos acentúan las horizontales. Es muy interesante en la fachada del lado de la plaza el contraste entre el macizo de la parte central y los vanos que se forman en las terrazas.
Podemos decir que el edificio es una verdadera obra de arte tanto en su diseño como en las fachadas, donde se juega hábilmente con elementos verticales, horizontales y curvilíneos, con los llenos y los vacíos, y con su pesantez y su ligereza.
_________
Investigación y texto elaborados por la Lic. Alicia Cordero Herrera
________________
1 Villar Rubio, Jesús Victoriano, El centro histórico de la ciudad de San Luis Potosí y la obra del ingeniero Octaviano Cabrera Hernández, San Luis Potosí, Facultad del Habitat, UASLP, 1998
2 Ibid, p. 154
3 Ibid, p. 58
4 Ibid, p. 161.

2. Inmueble enlistado en el decreto de Zona de Monumentos Históricos de la Ciudad de San Luis Potosí; ubicado en el perímetro A.Declaratoria del 19 de Diciembre de 1990.