Los lavaderos se ubican en el patio de la esquina noreste del conjunto. "[…]se trata de un edificio de planta octagonal cubierto con una cúpula y dotado de un ingenioso sistema hidráulico: desde los aljibes, una serie de desniveles lograba que, por gravedad, el agua corriente alcanzara la pila central, y de ahí distribuyera a las diferentes piletas de barro. Hay que decir que en 1974, cuando el convento fue restaurado y adaptado como hotel, estos lavaderos se rescataron del abandono y se hicieron nuevamente funcionar."(1)
"El muro de la fuente tiene más o menos de 90 cmts. a un metro de altura; el agua debe haberse derramado sobre él hacia doce piedras canaletas, que se vaciaban en profundos recipientes dotados de tubos de descarga que vertían el exceso de líquido hacia un dren que corría por el contorno exterior de la fuente. A los lados de los receptáculos había piletas para lavado, cada una de más de medio metro de ancho y 25 cmts. de profundidad, con un tubo de desagüe que podía ser obstruido a voluntad; la función de esta rara estructura es en un principio desconcertante, hasta que surge el convencimiento de que es la versión colonial de una lavandería." (2)
A finales de 1998 esta construcción fue intervenida arquitectónicamente ya que presentaba problemas de consolidación; el director del proyecto fue Jaime Ortiz Lajous. (3)
Investigación: V. Icaza, P. Legorreta; redacción: P. Legorreta
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(1) Ortiz, pp. 152-153.
(2) Mullen, pp. 69,72.
(3) Esparza, p. 7.