Monumento Histórico

Número de captura: I-0011601609

Nombre: Parroquia del Sagrario Metropolitano

Tipo y subtipo de ficha: Inmueble Religioso

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Fachada, 1999.
Interior templo, 1999.
Planta arquitectónica, 2021. Fuente: Ramírez, Esperanza. Catálogo de Construcciones Artísticas, Civiles y Religiosas de Morelia", México, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo- Fondo para Actividades Sociales y Culturales de Michoacán. 1981.
Croquis de localización, 2021.


TIPO DE FICHA
Tipo de ficha: Inmueble
Subtipo de ficha: Religioso
LOCALIZACIÓN
Entidad Federativa:
Michoacán de Ocampo
Municipio / Alcaldía:
Morelia
Localidad / Colonia:
Morelia
Tipo de vialidad:
Vialidad - Calle
Nombre de la vialidad:
José María Ortega y Montañés
Número exterior:
242
Tipo y Nombre del Asentamiento humano:
Colonia - Centro
Otra localización:
Frente al jardín de Capuchinas
IDENTIFICACIÓN
Clasificación:
Monumento Histórico

Uso Original

Categoría:
Arquitectura Religiosa
Género:
Conjunto religioso
Tipo Arquitectónico:
De evangelización y recogimiento: Monjas

Nombre

Original y/o Tradicional:
Templo de Capuchinas (Nuestra Señora de Cosamaloapan)
Actual:
Parroquia del Sagrario Metropolitano

Uso Actual

Categoría:
Arquitectura Religiosa
Género:
Edificio de arquitectura religiosa
Tipo Arquitectónico:
Templo

Patrimonio Perdido

¿Es patrimonio perdido?: No
ASPECTOS LEGALES

Régimen de Propiedad:

Otras formas de propiedad - Gobierno federal

Folio Real RPMZAH:

2HMO00000720
Declaratoria de Monumento Histórico: Sí  09/12/1932
Folio y Denominación ZMH:
3HZM00000026 Zona de Monumentos Históricos en la Ciudad de Morelia (19/12/1990)
Listado en Declaratoria de Zona de Monumentos Históricos:
Ubicado en la Zona de Monumentos Históricos:
Sitio Inscrito en la lista de patrimonio Mundial UNESCO: Sí 

Centro Histórico de Morelia: 1991, Criterio ii-iv-vi

REFERENCIAS RELIGIOSO ADMINISTRATIVAS

Advocación Original:

Nuestra Señora de Cosamaloapan

Advocación Actual:

Nuestra Señora de Cosamaloapan

Fundación:

Monjas Capuchinas

INFORMACIÓN HISTÓRICA
Época de construcción:
XVIII
Intervenciones:
XX

Información histórica:

“A principios del siglo XVIII, había “a extramuros de la población una pequeña capilla en donde se veneraba la imagen de la Virgen de Cosamaloapan. Esta capilla la donó el gobierno diocesano para que contigua a ella se fabricase un convento destinado a monjas capuchinas, hijas de caciques” .
“La construcción del templo se inició partiendo de la antigua capilla, con una orientación de sur a norte, en lugar de este a oeste, quedando de esta manera como portada lateral la que antes había funcionado como principal. Empezó la obra don Mateo de la Cerda y después la continuó su hijo don Antonio, ambos caciques de Pátzcuaro, pero a su muerte, los sucesores, careciendo de medios para proseguir, hicieron donación y traspaso a don Marcos Muñoz de Sanabria, arcediano de la Catedral, muy rica persona quien costeó las obras del templo y convento hasta su conclusión en 1737.
“Por real cédula de Felipe V, fechada en El Pardo el 14 de marzo de 1734, tuvo lugar la fundación, acto que se verificó en Valladolid por religiosas que salieron del monasterio de Corpus Chiristi de México y que el 24 de marzo de 1737 fueron conducidas con gran regocijo de la población, a su nueva morada que, según la crítica contemporánea, “a la hermosura de su templo...se allega la capacidad del edificio, lo dilatado de los dormitorios, amplitud de los patios, proporcionado de las celdas, y bien distribuido de las demás precisas oficinas todas suficientes a otras más dilatada comunidad” (Ramírez 1981:40)".

Una parte del sitio en que se erigió el convento fue primeramente ocupado por una capilla en el entonces barrio indígena de la Aldea. Después, Mateo de la Cerda y su hijo Antonio solicitaron al obispo Aguilar y Seijas merced y
patronazgo para edificar un templo de mayor capacidad, debido a que sentían una veneración especial por la virgen de Cosamaloapan (Torres 2006: 73).
La licencia les fue otorgada en 1680 y ese mismo año se comenzó la edificación del templo que se conserva hasta la fecha; sin embargo, la obra por parte de la familia De la Cerda duró hasta 1726, año en que ya fallecido don Mateo,
los herederos no tuvieron recursos económicos para continuar. Fue entonces que don Marcos Muñoz de Sanabria, quizá ya con la idea de fundar un convento para doncellas indígenas, solicitó la merced y patronazgo para concluir la obra y, posteriormente, para continuar con el monasterio. El trámite de cesión se realizó por medio de Luziano Francisco de Espinoza, escribano Real y de Cabildo, de manera que se continuó la obra, ahora bajo la responsabilidad de Muñoz de
Sanabria, hasta 1730, año en que prácticamente se concluyó, dejando una iglesia muy “capaz y decente” con lo necesario: coro, torre, sacristía, además de una casa acomodada para capellán" (Torres 2006: 73).
A diferencia de la mayoría de los templos, en los conventos de monjas se tiene la disposición de la nave paralela al eje de la calle y presentan dos portadas pareadas; en el caso del convento de Cosamaloapan, la colocación del templo es perpendicular a la calle y con una sola portada. Tal vez esto se debió a que la capilla de Nuestra Señora de Cosamaloapan, edificada por Mateo de la Cerda, fue cedida al futuro convento por el obispo Juan José Escalona y Calatayud.
Como se ha dicho, una vez concluido el templo y la casa para el capellán, don Marcos comenzó la gestión ante los cabildos civil y eclesiástico para que le permitieran la fundación de un convento de religiosas descalzas de Santa Clara, que fuera destinado para indias cacicas y principales, como una rama del de Corpus Christi de la ciudad de México. Entre 1730 y 1731, de manera anónima, se donaron 8,000 pesos en el mencionado convento de la ciudad de México para que, junto
con la iglesia concluida y la donación de los terrenos contiguos, se materializara el convento.
Parece evidente que la persona más interesada en dicha fundación era don Marcos, de modo que los 8 mil pesos depositados para el comienzo del convento fueron de su peculio, pues hasta lo que se ha podido constatar en los documentos no había
una persona más interesada en la fundación (Torres 2006: 74).

“En 1863 el número de religiosas era de 33, todas de la clase india y vivían en suma pobreza. Poco después se les exclaustró y el convento se destinó, desde 1867, para hospital civil, hasta el 5 de agosto de 1901. Durante ese tiempo funcionó también en el edificio la escuela de medicina. El 2 de abril de 1903 se trasladó al antiguo convento de capuchinas el hospicio de hombres, en una ceremonia a la que asistieron el gobernador, varios funcionarios y personas particulares. Casi en seguida el monumento del siglo XVIII se demolió para construir un gran edificio que albergaría al mismo hospicio pero que terminó siendo escuela; lo construyó el Ing. Porfirio García de León entre 1906 y 1908. durante el siglo XX se estableció el Centro Escolar “José María Morelos” (Ramírez 198: 42).

Preexistencia de otras épocas

Existe preexistencia:

Tipo de estructura:

Histórica

Ubicación:

En el predio que ocupa actualmente el Registro Civil de la ciudad de Morelia, se localizaba el antiguo convento de las monjas capuchinas.
FUENTES CONSULTADAS

Orales:

Sin información

Documentales:

Mildred Vázquez, Sara.
1979 Inmuebles Declarados Monumentos en la República Mexicana I, Boletín 3, Monumentos Históricos, México.

Silva Mandujano, Gabriel.
"El Templo de Capuchinas y el Ex Hospicio", en Silvia Figueroa (Editora), Morelia, Patrimonio de la Humanidad, México, H. Ayuntamiento Constitucional de Morelia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Gobierno del Estado de Michoacán, 1995, p. 230-241.

Ramírez Romero, Esperanza.
1981 "Templo de Capuchinas" en "Catálogo de Construcciones Artísticas, Civiles y Religiosas de Morelia", México, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo- Fondo para Actividades Sociales y Culturales de Michoacán. pp. 42-46.

Torres Vega, José Martín.
2006 "La fundación del convento de Nuestra Señora de Cosamaloapan" en "Don Marcos Muñoz de Sanabria. Un arcediano benefactor de los conventos de monjas en Valladolid de Michoacán". Boletín de Monumentos Históricos No. 8. pp. 73, 74.

Inscripciones:

Sin información
MONOGRAFÍA

Referencia bibliográfica:

Torres Vega, José Martín.
2006 "La fundación del convento de Nuestra Señora de Cosamaloapan" en "Don Marcos Muñoz de Sanabria. Un arcediano benefactor de los conventos de monjas en Valladolid de Michoacán". Boletín de Monumentos Históricos No. 8. pp. 73, 74.

Links y enlaces electrónicos:

http://www.boletin-cnmh.inah.gob.mx/boletin/boletines/3EV8P70.pdf

**Rubro con información adicional
DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA

Descripción arquitectónica:

Sobre el muro oeste del templo se alza la portada lateral que manifiesta por su estilo una mayor antigüedad en relación con la principal. Desde esa perspectiva se ve la cúpula que no tiene tambor; su casquete esférico muestra cuatro lucarnas y el conjunto termina con una linternilla circular con cuatro remates y la cruz de hierro.
La fachada principal se compone de dos cuerpos horizontales y el gran imafronte que remata el conjunto.
Flanqueando la portada, enmarcada por sus respectivas jambas y arco de medio punto, sendos pedestales reciben un juego de dos columnas estriadas de cada lado, cuyos capiteles, a su vez, sujetan el entablamento recto de un incipiente barroco.
Esto forma el primer nivel que culmina con una especie de ático. El segundo, desplanta sus seis columnas directamente sobre el último elemento anterior, cuyos fustes son estriados y capiteles compuestos. El centro de este cuerpo está señalado por la ventana que ilumina al coro; ventana que a su vez se convierte en nicho que alberga la imagen de San Francisco de Asís. Por la parte superior se encuentra un nuevo entablamento, pero ahora más rico en claro-oscuro que su antecesor, aunque todavía recto.
Sobre la cornisa emerge un frontón de dimensiones un tanto estereotipadas que se quiebran al centro para dar lugar al barroco nicho que contiene una desproporcionada escultura de la Virgen. Sobre la flamígera hornacina se extiende, en sentido horizontal, una cornisa que a su vez sirve de asiento al remate de toda la portada, consistente en una pirámide la que sujeta a una cruz tallada circundada por símbolos de la Pasión de Cristo. Todo este nivel que constituye el gran remate, culmina a los lados por dos pináculos –uno en cada extremo- situados sobre los ejes de las columnas inferiores.
El imafronte está coronado por una gran cornisa mixtilínea con dentículos en su parte de abajo y concluye con una cruz, en proporción con el conjunto. El espacio restante se cubre con figuras compuestas a base de lacerías.
La torre, por su altura y esbeltez compite con las demás de la ciudad, teniendo su propia personalidad. En toda ella hubo una notable inclinación hacia el claro-oscuro, pues sus elementos estructurales, tanto verticales como horizontales, hacen dobleces para alcanzar su objetivo. Consta de tres cuerpos que se elevan sobre un alto cubo dividido por una cornisa y termina con un remate. Arranca el primero directamente sobre la cornisa que limita la fachada del templo del lado oriente.
Por cada cara de la torre hay repartidas tres columnas dejando sitio entre ellas para abrirse las ventanas que alojan a las campanas; ventanas que se limitan con jambas y arcos de medio punto decorados con canaladuras. Lo más sobresaliente de este nivel, son los capiteles de las columnas, pues no pertenecen a ningún orden estricto, son de carácter indígena y el desplante de este cuerpo se encuentra adornado también con relieves muy sui géneris. Tales columnas sostienen complicadísimos entablamentos, cuya riqueza consiste en la multitud de quiebres que hacen, pero siempre en línea recta. Sobre ellas se apoya un ático que remata con una cornisa del mismo dibujo que las anteriores y encima se apoya el segundo cuerpo, más reducido en sentido horizontal y en el que sobresalen por una parte los balcones volados, así como las columnillas situadas de idéntica manera que abajo; sus fustes son listados y flanquean el par de vanos arqueados en proporciones más reducidas en relación al cuerpo bajo. Sobre las columnillas se apoya el entablamento que repite el rico y multimoldurado dibujo de la planta inferior.

En el tercer nivel los variantes se inician desde la forma del desplante, ya que se trata de un octágono. Las esquinas del volumen anterior, a esta altura se ven rematadas con seis pináculos. Los ocho vanos se cierran con arco excavado limitados cada uno por sus respectivos tableros de raigambre local. Culmina con una doble cornisa que limita un espacio decorado con una original ornamentación a manera de greca y en alto relieve, a eje con los ángulos, hay ocho perillas. Sobre la última cornisa emerge el cupulín del cual destaca un rehilete elaborado a base de piedra; al centro la base para la cruz que debe erguirse como remate final.
La portada lateral se abre sobre el muro oeste del templo y hoy día se encuentra tapiada. Notamos un gran contraste entre ella y la principal. Por su estilo, indudablemente fue anterior y se construyó durante el siglo XVII, formalmente es sobria, con muchos resabios renacentistas y de transición al barroco. La puerta, enmarcada por sendas jambas y arco de medio punto, se encuentra flanqueada por dos pilastras de cada lado que sostienen el entablamento, cuyo friso es abultado y se mantiene en línea recta.
A continuación, entre dos remates, admiramos un nicho, cuya repisa sostiene a una pequeña escultura que representa a un ángel.
Más arriba, la ventana, se halla señalada mediante jambas con pedestal y dintel con tapa. En las orillas de dicha tapa hay unos remates piramidales y a eje con la ventana una talla del Arcángel San Miguel, cobre cuya cabeza se cierra la cornisa dentellada que corre sobre toda esta fachada.

El templo es de una nave de forma de cruz latina, cuyo ábside plano está puesto al sur. Tres tramos de bóveda, crucero y ábside componen este templo que está cubierto con bóveda de lunetos; tres en la nave principal, dos en los brazos y una en el presbiterio. Dos arcos fajones en la nave separan los tramos y éstos se apoyan en ménsulas empotradas en los muros. En el crucero ocho pilastras tablereadas cargan cuatro arcos torales los cuales soportan la cúpula cuyo desplante circular se apoya sobre cuatro pechinas y en la intersección se encuentran cuatro óculos. Este cimborrio muestra un carácter más arcaico que la nave y parece pertenecer al siglo XVII.

En el brazo izquierdo del crucero, sobre el muro este, se ven dos nichos a la altura del piso y otro sobre el muro sur, éstos eran confesionarios. En el presbiterio del lado izquierdo se nota un gran vano rectangular, actualmente ahí luce la urna del Santo Entierro. Este vano tenía una reja y era una parte del coro de las monjas capuchinas.
La otra parte del coro se localiza a la entrada y abarca un tramo de la bóveda de luneto; el sotocoro tiene también bóveda de luneto.
Este templo es la excepción de los oratorios de monjas pues no tiene portada pareada y por lo tanto no tiene sotocoro enrejado. Existen dos retablos barrocos antes de la cúpula, sobre los muros del crucero, en el lado derecho otro barroco y enfrente un retablo neoclásico; otro más, del mismo estilo, en el ábside.
Entre los retablos que se levantan en el tramo anterior a la cúpula se nota una gran similitud; parecen ejecutados por la misma mano; lo que los hace coincidir son los dos arcángeles que, a eje con las pilastras del centro, rematan en el tercer grupo.
En el retablo del costado derecho, la estructura se levanta sobre una predela. Se compone de tres cuerpos, alternados con tres entrecalles, éstas flanqueadas por cuatro estípites en el primer cuerpo y otros tantos en el segundo. Entre cada cuerpo un barroco entablamento el que, en ocasiones, se confunde con otros elementos. En el tercer nivel, la calle central la limitan sendas figuras de arcángeles. Al centro del primer cuerpo se encuentra un nicho encristalado y la parte superior del dosel se utilizó como peana para una escultura. En las entrecalles se encuentran seis pinturas –óleos sobre tela- cuatro en torno al nicho y dos en el segundo cuerpo. Se hallan enmarcadas con molduras, de diferente diseño. Las pinturas están relacionadas con la vida de la Virgen en relación con Jesús y San José. (Desposorios de la Virgen, sueño de San José, Adoración del Niño Jesús, Presentación del Niño).
El retablo de enfrente, sobre el muro este, tiene semejante composición. Sobre una predela se levantan los tres cuerpos horizontales que se alternan con tres ejes verticales flanqueados por cuatro estípites en el primer cuerpo, cuatro en el segundo y en el tercero un par de arcángeles a eje con los estípites centrales. En medio del cuerpo central se colocó un gran nicho que alberga un Cristo (el que pertenecía a este retablo se encuentra hoy en el altar mayor). En el primer cuerpo, en las entrecalles, se localizan dos esculturas modernas que representan a la Virgen y San Juan; al centro el Cristo Crucificado. En el segundo nivel dos óleos en las entrecalles representando la Flagelación a la derecha y la Oración del Huerto a la izquierda. Al centro una escultura de San Francisco.
En el tercer nivel tres telas ocupan las entrecalles y representan, de izquierda a derecha: el Entierro de Cristo, el Descendimiento y el Encuentro con Verónica.
El retablo del crucero, al lado derecho, como el de la nave del mismo lado, en la parte alta tiene una ventana que entra a formar parte de la composición de los trasaltares. Consta de tres niveles, alternados con tres entrecalles; las laterales formadas por dos lienzos al óleo en cada nivel y al centro dos nichos, uno sobre otro, que contienen esculturas, hoy día ya no lucen las originales. Las pinturas desarrollan la temática de la vida de la Virgen. La división entre calle y calle se hace a base de cuatro estípites en los dos primeros niveles y dos en el último los cueles se tornan hermes.
En los tres retablos la talla de madera es de estilo churrigueresco, con estípites y tableros mesurados, la ornamentación no ahoga la estructura y es notable ver las caras de los angelitos y querubines con rasgos indígenas.
Los retablos neoclásicos, elaborados durante el siglo pasado, son inferiores en calidad a los churriguerescos. Sin embargo, tal diferencia tan marcada es digna de conservarse como un mudo testigo de la historia. El retablo del ábside y del crucero izquierdo se manufacturaron en piedra, en estilo neoclásico a base de elementos muy ordenados siguiendo los cánones clásicos. Su estructura se reduce a columnas y entablamentos señalando precisamente lo que es el cuerpo del retablo y el remate.
En el ábside se alternan las columnas con las pilastras. En el primer nivel con cuatro las columnas que sostienen el entablamento, en el segundo se alternan cuatro columnas con dos pilastras y un frontón remata el conjunto. En este cuerpo se encuentra precisamente la pequeña imagen de la Virgen de Cosamaloapan, talla elaborada en el siglo XVI.
El retablo del lado izquierdo del crucero está dedicado a la Virgen de Guadalupe, según inscripción en ella, fue pintada en 1787 y retocada en Morelia por el artista Jesús Pérez en 1922.
La sacristía se encuentra al lado derecho del presbiterio. Hoy día luce muy pobre. Su arquitectura consta de dos tramos formados por tres arcos rebajados que sostienen la bóveda de arista, conservando todavía el aplanado y decoración del siglo XIX.
Al fondo un lienzo sobre el que se lee la siguiente inscripción: “José Mota en 1717” cuyo tema es El Calvario. El lavamanos de estilo neoclásico está excavado en el muro poniente. El resto de cómodas, mesas y más muebles no son los originales.
CARACTERÍSTICAS FORMALES Y MATERIALES

Partido Arquitectónico

Partido arquitectónico:
Cruz latina

Fachada Principal

Materiales predominantes del acabado:
Mampostería
Descripción del acabado:
Aparente

Estructura Vertical / Muros

Materiales predominantes:
Piedra
Ancho:
1.00 metros
Descripción:
Sin información

Estructura Horizontal / Entrepiso

Materiales y sistemas constructivos predominantes:
Sin información
Forma de entrepiso:
Sin información
Altura aproximada:
Sin información
Descripción:
Sin información

Techumbre

Materiales y sistemas constructivos predominantes:
Mampostería
Forma de techumbre:
Otro
Especifique:
Abovedada 
Altura aproximada:
Sin información
Descripción:
Sin información

Pisos y pavimentos

Materiales y sistemas constructivos predominantes:
Mármol
Materiales y sistemas constructivos predominantes:
Loseta cerámica
Descripción:
Sin información

Escalera principal

Materiales predominantes:
Sin información
Forma:
Sin información
Descripción:
Sin información

Elementos relevantes del inmueble

Descripción:
La fachada principal se constituye en una de las más ricas y ornamentales de la ciudad, sin que por esto pierda su carácter local. La ornamentación, compuesta por dentellones, lacerías, cornisa mixtilínea, acentúa un claro-oscuro propio del barroco de la primera mitad del siglo XVIII. Estos no ahogan la clara y ostentosa estructura de la fachada que se encuentra perfectamente equilibrada y en armonía con la torre.
En la parte de la portada se encuentra un estilo manierista en contraste con la parte superior a la altura de la ventana, ahí se muestra un barroco local mediante los tableros que lo enmarcan y más arriba continúan el barroco en los elementos que rodean al Arcángel.
FECHA DE ELABORACIÓN / FECHA DE ACTUALIZACIÓN

Fecha de elaboración / actualización de la ficha:

05-07-2021

Fecha de elaboración / actualización de la ficha:

03-07-2019

Fecha de elaboración / actualización de la ficha:

16-07-2015


PLANOTECA DEL AHJE
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En proceso

Con fundamento en los artículos 3o de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos y 41 de su Reglamento, deberán aparecer los créditos correspondientes a este Órgano Desconcentrado: SECRETARIA DE CULTURA.- INAH. MEX.

El uso de este material es únicamente con fines de consulta. Para cualquier otro uso se deberán obtener los permisos correspondientes a través de la Coordinación Nacional de Asuntos Jurídicos del INAH.

ARCHIVO HISTÓRICO JORGE ENCISO
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FOTOTECA CONSTANTINO REYES-VALERIO
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Esta ficha contiene la información que se encuentra en la Base de Datos del Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles, la cual constituye una herramienta de trabajo que el Instituto Nacional de Antropología e Historia utiliza para la identificación de inmuebles con valor patrimonial, asimismo es un instrumento de soporte técnico, documental y académico, en constante actualización, que permite formular y promover programas para la protección, conservación y difusión del patrimonio histórico edificado. La utilización de este material es únicamente con fines de consulta.

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