Consulta Pública del Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles
Número de captura: I-0011601188
Nombre: Catedral de Morelia
Tipo y subtipo de ficha: Inmueble Religioso
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Uso Original
Nombre
Uso Actual
Patrimonio Perdido
Régimen de Propiedad:
Otras formas de propiedad - Gobierno federal
Folio Real RPMZAH:
Centro Histórico de Morelia: 1991, Criterio ii-iv-vi
Advocación Original:
La Transfiguración
Advocación Actual:
La Transfiguración
Fundación:
Fundación 6 de agosto de 1660.
Referencia bibliográfica:
Tavera Alfaro, Xavier y Ricardo González Garrido.
1992 "La Catedral de Morelia Michoacán", Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Links y enlaces electrónicos:
https://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/guia:216
Descripción arquitectónica:
La puerta principal, en la parte central señala una mayor importancia en relación con las otras dos, marcándose al exterior las tres naves y la mayor jerarquía entre la de en medio y las procesionales. El frontis, con respecto a las torres, forma una composición a base de triángulos equiláteros que aluden a la Santísima Trinidad.
La portada central consta de tres cuerpos horizontales divididos entre sí por cornisas y su remate mixtilíneo que cierra en la parte superior el conjunto. En el primer nivel, al centro, se abre el vano de la puerta, mayor que las otras dos, formado por un arco de medio punto sostenido por un par de pilastras tablereadas. Dos pilastras jónicas a cada lado se levantan sobre altos pedestales adornados con guardamalletas; en el fuste se marca el primer tercio de la pilastra tablereada y bajo los capiteles penden guardamalletas. Dos nichos forman las entrecalles de este cuerpo; en el de la izquierda se aloja San Pedro y en el de la derecha San Pablo; sobre ellos, dos medallones de San Juan y San Mateo respectivamente. Cierra el primer cuerpo u moldurado entablamento con pronunciadas salientes y entrantes que sirven de apoyo al ático que inicia el segundo nivel, en cuyo centro se desplaza el relieve que representa la Transfiguración de Cristo y es de estilo barroco.
A eje con las cuatro pilastras inferiores se alzan sobre el ático las pilastras tablereadas con capitel corintio y dos nichos entre las calles, correspondiendo con las inferiores; éstos albergan: a la izquierda a San Miguel arcángel y a la derecha, a San Juan Bautista. Sobre ellos, dos medallones en relieve completan el número de los evangelistas.
Un entablamento descansa sobre los cuatro capiteles y éste se rompe en la parte central, dejando paso a una ventana elíptica.
El tercer cuerpo lo constituyen cuatro pilastras estriadas, a diferencia de los cuerpos inferiores, y señalando el primer tercio; los capiteles son de orden compuesto, entre las pilastras se encuentran sendos nichos alineados con los inferiores y con las esculturas que representan: a la izquierda, a Santa Bárbara y a la derecha a Santa Rosa de Lima. Entre dos pequeños estípites se colocó el escudo nacional republicano, en relieve. Las dos entrecalles y el eje central culminan con independientes imafrontes mixtilíneos con un pináculo en la parte central.
Las portadas contiguas se separan de la central a través de dos robustos contrafuertes que van marcando los cuerpos a través de tableros y rematan en la parte superior con un par de pináculos barrocos. Estas fachadas de las naves procesionales son idénticas entre sí en cuento a su composición y constan de tres cuerpos de inferior altura al central. El primer cuerpo tiene al centro el vano de la puerta compuesto por un arco de medio punto, sostenido por un par de pilastras y dos pilastras tablereadas a cada lado, mismas que se levantan sobre altos pedestales. Los capiteles dóricos soportan un entablamento en cuyo friso se marcan los triglifos y metopas.
En las entrecalles, se localiza una pilastra de proporciones inferiores y liso fuste.
El segundo cuerpo está puesto sobre el ático donde se apoyan los pedestales de seis pilastras, tres de cada lado, que flanquean el relieve central que representa La Adoración de los Pastores, en la izquierda y la Adoración de los Reyes Magos el de la derecha; sobre ellos se levanta una ventana elíptica, misma que rompe el entablamento sobre el cual se apoya el tercer cuerpo.
El tercer nivel se compone de un relieve central que representa el escudo vaticano flanqueado por un par de estípites al centro y dos pilastras de cada lado del capitel corintio. Sobre los capiteles se apoya el gran entablamento, con gran riqueza de molduras, que se ve interrumpido al centro por un pequeño imafronte que tiene en el tímpano un medallón señalando la fecha de terminación de la obra. Cuatro remates haciendo eje con las pilastras cierran la parte superior del conjunto.
Los únicos elementos diferentes en estas portadas son los relieves del segundo nivel y el medallón sobre el escudo, ya que el número del año 1744 aparece a la derecha y la inscripción año de en la izquierda.
Torres
A los lados de la fachada, se alza un par de cubos de sillería de cantera que se encuentran divididos por unas cornisas, siendo la última muy volada para rematar los parámetros totalmente lisos; presenta unos pequeños vanos que permiten pasar luz y aire a las escaleras helicoidales, a las cuales se ingresa a través de unas pequeñas puertas al centro del cubo en la parte inferior.
De la cornisa mayor arranca el basamento de las torres que soporta tres cuerpos y un remate; basamento ornamentado por cuatro guardamalletas por cada cara y al centro, rompiendo la cornisa divisoria, entre los dos pedestales se hayan los círculos de los ocho antiguos relojes con carátula de alabastro, de las cuales aún quedan algunas huellas, y relojes sólo quedan tres en la torre poniente.
Una cornisa divide el basamento de la torre del que corresponde el primer cuerpo de la misma, formado por cuatro pedestales y una pequeña guardamalleta bajo la ventana-balcón central. El primer cuerpo está constituido al centro por una ventana balcón de arco poligonal con un par de pilastras tablereadas y la repisa del balcón volada, sosteniendo una balaustrada de cantera. Dos pilastras a cada lado del arco forman sendas entrecalles donde se colocaron un par de nichos con esculturas y una pequeña ventana-balcón de medio punto con su balaustrada de cantera a eje con los nichos mencionados. El total de esculturitas que albergan los nichos son treinta y dos. En la parte superior, las pilastras se ornamentan con guardamalletas bajo el capitel dórico, mismo que sostiene un entablamento con una volada cornisa que se quiebra al centro, advirtiéndose bajo ella huellas de relieves.
Sobre la cornisa, cuatro pináculos a eje con las pilastras inferiores sirven de remate y ornamentan el espacio que ha quedado al convertirse en octágono el segundo nivel de la torre, acentuándose en esta forma su verticalidad. A cada lado se abre un vano arqueado limitado por un par de pilastras tablereadas, con capitel jónico y sobre el vano un medallón en relieve que representa el escudo vaticano. Tiene un entablamento cuyo elemento más dominante es la cornisa ―muy saliente― sobre la cual se apoya un pináculo por cada pilastra.
Al centro de un basamento octagonal se desplanta el último cuerpo, con pequeños vanos rectangulares por cada una de sus caras, con un marco sencillo y un par de finas pilastras que sostienen un entablamento y de cuya cornisa se desplanta el casquete semiesférico, compuesto por ocho gajos separados entre sí por nervaduras sin revestimiento de azulejo; finalmente una cruz siendo ésta de cantera sobre una esfera en la torre oriente y de hierro forjado apoyada sobre un remate en forma de copón en la torre poniente, siendo este elemento la única diferencia entre ambas torres que son idénticas en composición y altura. Los vacíos mayores del primer cuerpo obedecen al tamaño de las campanas que se localizan en la torre este; están dedicadas como sigue: Virgen de Guadalupe, 1703 (refundida recientemente); El Salvador, 1706 y pesa 136 quintales; en las ventanitas, la de Nuestra Señora de las Nieves, 1809; San Cristóbal; Señor San Juan, 1777; Santa Bárbara, 1807; San Pablo, 1878; San José, 1776; dos más que no se les distingue el nombre, solo las fechas 1746 y 1793; otra que no tiene nombre ni fecha; al centro hay dos; San Pedro y Nuestra Señora de las Nieves, 1772. En el segundo cuerpo de la misma torre se encuentran las esquilas: San Bruno, 1837; Señor de la Sacristía, 1967; Santa Bárbara, 1879; San Juan Nepomuceno, 1878; San Pedro, 1851; Jesús, María y José, 1853; Santa Ana, 1821 (desmontada), y otra a la que no se le ve el nombre, sólo la fecha 1826; al centro está la campana dedicada a la Inmaculada Concepción. En la torre poniente, se encuentran las tres campanas correspondientes al reloj, ostentan las fechas de 1751, 1732 y 1885.
Tiene una planta de tres naves; la central se eleva a mayor altura que las laterales, jerarquizando en esta forma la importancia del espacio; la bóveda de la nave central es de lunetos dividida en ocho tramos; el crucero se señala a través de la cúpula y los brazos que tienen la misma altura que la nave central; las laterales se cierran a través de siete tramos de bóvedas de aristas que rompen su ritmo al llegar al crucero, el cual queda señalado en la parte exterior por dos portadas, una a cada lado del templo. Nueve pilares cruciformes por flanco limitan la nave central, soportando siete arcos formeros y siete fajones, así como los torales de la cúpula, mientras que, en las laterales, ocho arcos formeros soportan los muros este y oeste y siete arcos fajones se apoyan en los pilares centrales y pilastras del muro.
Diez ventanas sobre los muros este y oeste permiten iluminar las naves laterales y las diez ventanas elípticas que se abren sobre los muros este y oeste de la parte superior de la nave central proporcionan una buena iluminación interior.
En el tambor de la cúpula, se abren ocho ventanas con vitrales que impiden el paso directo de la luz, lo que produce menor intensidad lumínica que en el resto.
La orientación que tiene la Catedral, de sur a norte, permite una iluminación variable durante el transcurso del día: por la mañana, desde la salida del sol hasta las once horas, las ventanas ubicadas en el muro oriente captan una luz que se difunde principalmente en la nave central y la nave oeste, quedando en penumbra la nave este. En las horas que transcurren cubriendo el medio día, la catedral tiene una iluminación pobre, pero pareja; en cambio, en la tarde se repite el fenómeno de la mañana, aunque en sentido contrario, creándose con esto determinadas horas del día efectos contrastantes propios del estilo barroco.
El presbiterio se levanta sobre un basamento, con una balaustrada de mármol que lo limita, y bajo éste se localiza la cripta, hoy día mutilada en su dimensión original y a la cual se ingresa a través de una tapa en el piso colocada en la nave de lado este.
Detrás del ciprés que constituye el altar mayor, en el ábside, se localiza la sillería del coro de estilo neoclásico. El coro tiene ingreso directamente de las sacristías del lado poniente y oriente a través de un pasillo que responde a la terminación de las naves laterales, ya que éstas son de dimensiones más reducidas que la central.
Bajo las torres y manifestando alarde técnico, se ubican dos capillas cuyos arcos interiores soportan el peso de aquéllas; la del lado oriente está dedicada a la Virgen de la Soledad y la del poniente a la Sagrada Familia.
La capilla del Sagrario se anexa a la capilla de la Virgen ya mencionada. El Sagrario está techado con bóveda de arista igual que la capilla anexa y en el presbiterio se alza el casquete esférico sobre un tambor hexagonal de seis ventanas elípticas. La cúpula presenta pinturas al fresco y termina con una linternilla.
Junto a la capilla de la Sagrada Familia, pero separada por un muro, se encuentra la de San Sebastián; ambas poseen retablos neoclásicos y están techadas con bóvedas de aristas. Los tres oratorios y el Sagrario se comunican con la Catedral a través de un arco formero y poseen una reja de hierro, para separarse de las naves.
El órgano originalmente se encontraba, como la sillería del coro, en dos tramos de la nave central anteriores a la cúpula. A fines del siglo XIX se trasladó a la parte alta del extremo norte de la misma nave, creándose para ello un piso de madera; las flautas se encuentran protegidas por la gran fachada o pantalla de estilo barroco que luce actualmente la Catedral, como un vestigio elocuente de la riqueza barroca interior que se encontraba en armonía con el conjunto arquitectónico.
El carácter primitivo del templo se perdió durante el siglo XIX, al removerse los diez altares de madera dorada, de estilo churrigueresco, con pinturas y esculturas del siglo XVIII, y al trasladarse la antigua sillería y órgano al sitio donde hoy se encuentran; todo este cambio trajo consigo la reposición de retablos, candiles, sillería en un nuevo estilo que se juzgó de “buen gusto” y una pintura sobre los muros de tipo papel tapiz; el intradós de los arcos formeros y fajones se ornamentó con casetones y flores en cada uno de ellos. En el intradós de la cúpula se acentuó su perspectiva mediante casetones que se van reduciendo a medida que se fuga el espacio a través de la linternilla.
Sobre esta nueva epidermis se colocaron los retablos neoclásicos dentro de los arcos formeros. Los que se encuentran en el muro este, están dedicados a San Juan Bautista, a la Virgen de los Dolores, a San Pedro y a la Virgen de Guadalupe, quien está representada en un lienzo de 1751; al fondo de la nave lateral este, se levanta el retablo del Señor de la Sacristía, venerada imagen fabricada con pasta de caña de maíz regalo del rey Felipe II a la catedral.
Dentro del ciprés que constituye el altar mayor se encuentra el manifestador de plata y plata dorada, de estilo barroco exuberante, en donde se expone el Santísimo Sacramento los días solemnes. Pieza de orfebrería del siglo XVIII, tiene un gran valor estético, simbólico y técnico.
En el muro oeste, los retablos se encuentran dedicados a la Virgen del Rosario, a San José, a la Inmaculada Concepción y a San Miguel Arcángel. En el retablo que se ve al fondo de la nave lateral oeste se venera al Sagrado Corazón de Jesús. Todas son esculturas del siglo XX, excepto el lienzo de San Miguel, que perteneció a un retablo barroco del siglo XVIII.
En la capilla de la Sagrada Familia se encuentran dos urnas de estilo barroco, que guardan los restos de dos santos; asimismo, una pintura de San Andrés Avelino. En la de San Esteban se guardan los sarcófagos de mármol con los restos e insignias grabadas de tres arzobispos: Atenógenes de Silva y Álvarez Tostado, Ignacio Arciga y Ruiz de Chávez y Leopoldo Ruiz. En la capilla de la Virgen de la Soledad encontramos un lienzo de La Piedad, de estilo neoclásico. En el Sagrario, otro con la Virgen y el Niño, éste atribuido a Cabrera.
La sacristía original del templo se localizaba al lado derecho; es un espacio rectangular cubierto con dos tramos de bóveda de arista, separadas por un arco fajón de medio punto apoyado en pilastras. Sus muros y cubierta conservan la decoración en forma de papel tapiz. El mobiliario resulta sencillo y pobre a excepción de una mesa de centro barroca, con cubierta de mármol.
El resto de la utilería consiste en una serie de cómodas del siglo XX. Hay dos lavatorios de estilo neoclásico, uno en el muro este y otro en el oeste.
De la cornisa penden tres tapices de grandes dimensiones que representan a San José, La Inmaculada Concepción y el Sagrado Corazón.
De entre las pinturas que se ven en este recinto, destaca La imposición de la casulla a San Ildefonso, lienzo de gran tamaño, de buen estilo barroco; otras pinturas son: la Anunciación, colocada sobre la anterior; en el muro sur de la sacristía se presenta una trilogía de Cristo Crucificado, Cristo en el Huerto y Cristo cargando la cruz, neoclásicos del siglo XIX.
Después de la Sacristía, hacia el oeste queda un espacio rectangular, con dos tramos de bóveda de lunetos separados por un arco fajón al centro. Sirve de bodega y está amueblada con gavetas y armarios empotrados en el muro, decorados con casetones. Hay aquí una serie de dieciséis cuadros que representan a Jesús, a María, a Santa María Magdalena, a Santa María Salomé, a Santa María Cleofas, a San Matías Apóstol, a San Simón, a Santiago el Menor, a Santo Tomás, a San mateo, a San Bartolomé, a San Felipe, a San Juan, a Santiago el Mayor, a San Andrés, a San Pablo y San Pedro; de San Judas Tadeo se conserva sólo el marco. Todos son cuadros del siglo XIX.
Existe otro cuarto anexo a la sacristía con comunicación al atrio, piso de cantera y cubierta de bóveda de arista. En este lugar se conservan algunas buenas pinturas como: la circuncisión, el encuentro del Niño Jesús con los doctores en el templo; la Virgen de Trapana y María Magdalena, todas del siglo XVIII; las dos primeras pertenecen al estilo de Villalpando.
La antigua sala capitular está convertida hoy en sacristía. Se encuentra al lado izquierdo de la nave lateral este. Es una habitación rectangular cubierta con dos bóvedas de aristas; su piso de madera es el original con rejillas de hierro para la ventilación, y guarda un estado de conservación admirable. El mobiliario es escaso y pobre. Hay varias pinturas, de poco valor, de las cuales merecen mención: el Patrocinio de San José, barroca del siglo XVIII, la Asunción de María, la Virgen del Rosario con Santo Domingo de Guzmán, la Coronación de María, San Pedro, Jesucristo en la Gloria, la Santísima Trinidad y la Inmaculada Concepción.
A la actual sala capitular se entra por la capilla de San Sebastián. Es un salón rectangular, con cubierta de viguería, oculta con cielo. Se ilumina por cuatro ventanas que dan hacia el oeste. Las paredes pintadas tipo papel tapiz y el piso alfombrado. El mobiliario que aquí se encuentra es variado y abundante ya que este recinto funciona como sala del cabildo.
La capilla de Ánimas, de forma rectangular, tiene cubierta de losa plana con un arco escarzano al centro y su piso es de ladrillo. Cerca del altar se encuentra el descenso a la cripta. En el muro oeste, sobre el altar, se halla una pintura de dimensiones murales, que denominamos Alegoría de la Virgen de Guadalupe, las Ánimas del Purgatorio y las órdenes monásticas, de gran valor histórico por mostrar personajes de la sociedad novohispana del siglo XVIII, pues data de 1766.
Las cinco grandes portadas conservan su par de hojas de madera formadas por casetones ensamblados y en la parte inferior, un par de postigos.
Partido Arquitectónico
Fachada Principal
Las ventanas elípticas perdieron el alabastro que cerraba el vano y en la actualidad tienen vidrieras; lo mismo sucedió con las carátulas de los relojes en las torres.
Estructura Vertical / Muros
Estructura Horizontal / Entrepiso
Techumbre
Pisos y pavimentos
La antigua sala capitular está convertida hoy en sacristía, su piso de madera es el original con rejillas de hierro para la ventilación.
El gran atrio se encuentra cubierto con baldosas de cantera y una reja de hierro limita al mismo, volviéndose ornamental creando bellas portadas en las ocho puertas que dan acceso al monumento.
Escalera principal
Elementos relevantes del inmueble
Fecha de elaboración / actualización de la ficha:
Fecha de elaboración / actualización de la ficha:
Centro de documentación de la CNMH.
Con fundamento en los artículos 3o de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos,
Artísticos e Históricos y 41 de su Reglamento, deberán aparecer los créditos correspondientes a este Órgano Desconcentrado: SECRETARIA DE CULTURA.- INAH. MEX.
El uso de este material es únicamente con fines de consulta. Para cualquier otro uso se deberán obtener los permisos correspondientes a través de la Coordinación Nacional de Asuntos Jurídicos del INAH.
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Esta ficha contiene la información que se encuentra en la Base de Datos del Catálogo Nacional de Monumentos Históricos Inmuebles, la cual constituye una herramienta de trabajo que el Instituto Nacional de Antropología e Historia utiliza para la identificación de inmuebles con valor patrimonial, asimismo es un instrumento de soporte técnico, documental y académico, en constante actualización, que permite formular y promover programas para la protección, conservación y difusión del patrimonio histórico edificado. La utilización de este material es únicamente con fines de consulta.
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