La Ficha Nacional del Catálogo de Monumentos Históricos de 1987, menciona que en la hacienda Guadalupe Arcos; "No se encontró al propietario del inmueble por lo tanto no hubo acceso a este, la distribución se dedujo por recorrido desde el exterior y referencias de un trabajador de la hacienda. La fotografía del interior se tomo a través de una rendija" (INAH- CNMH 1987).

La fachada presenta una serie de claraboyas hechas de cantera. El acceso principal da a un jardín interior de amplias dimensiones, con una fuente de piedra al centro. Al mismo eje de la entrada principal y con vista al jardín, se encuentra un dintel con dibujo bastante intrincado, en la clave, con algunos motivos vegetales.

La entrada principal se logra mediante un arco rebajado sobre: Jambas lisas de piedra colorada. Presenta una cornisa corrida a todo lo largo, que inclusive se continúa en los fortines, sostenida por ménsulas (Lorenzo et al. 1998: 266).

Hacienda de Guadalupe de Arcos. La hacienda como estructura de producción no permite a la fecha el acceso a sus instalaciones, sin embargo se reconoce la permanencia de la Casa Grande, el jagüey, el toril, vestigios de aljibes adjuntos al jagüey, la capilla doméstica, calpanería con sus lavaderos, corrales, puente, etc.

La casa de los trabajadores o calpanerías que se ubican al exterior de la hacienda son de principios de siglo y se compone de dos habitaciones con un pequeño patio al frente y de manera cercana aparecen los lavaderos realizados en piedra y ladrillo con un particular sentido de abasto de agua desde el Acueducto Padre Tembleque y que recorre las tinas de los lavaderos y desagua directo al terreno para su absorción. De la hacienda Guadalupe de Arcos también se conservan la tienda de raya con mobiliario de madera y de época como son los mostradores y ventana de despacho.

La propiedad se circunscribe en un cuadrángulo orientado en un eje Noreste-suroeste parcialmente protegido por torreones defensivos de inspiración ecléctica en la fachada de acceso y se advierten también claraboyas en el resto del macizo del muro perimetral que se conjugan con los vanos de ventana con repisa, herrería que cubre el vano y vierteaguas.

Ya al interior de la Casa Grande se conserva una sala de armas, recámaras, cocinas, también el vínculo directo de la capilla doméstica y de la cual sobresale de la altura de la hacienda su espadaña de tres arcos y frontón quebrado (Gómez 2013: 57).

Los muros de Guadalupe Arcos protegen a un verdadero museo, muchos de los muebles han sido importados de países de Europa; (...) la sala de armas, el gimnasio, el salón de boliche, la sala principal de recepción, la oficina, los salones de recreo y deportes, los estrados, la capilla, las habitaciones para los dueños, empleados y visitantes, obedecen a la distribución de un palacio o castillo hispano (Hernández y Herrerías 2016: 117).

Viviendas en línea, sitios de reproducción social, prefiguraciones de las vecindades, multifamiliares y condominios futuros, las calpanerías o cuarterías han sido uno de los rasgos fundamentales de la hacienda mexicana. La necesidad de contar con la cercanía de la mano de obra dispuso la edificación anexa a la hacienda de cuartos para los trabajadores (Lorenzo 2007: 154).

Hay una construcción fuera del casco que funcionaba como tienda de raya. Está protegida por un pórtico central techado con enladrillado y envigado. El vestíbulo tiene piso de piedra con dos puertas laterales y una amplia ventana central por la cual se despachaban los artículos. Cuenta con un mostrador antiguo de madera (Lorenzo et al. 1998: 266,267).

El inmueble se encuentra dentro del polígono que comprende la inscripción de patrimonio mundial “Sistema hidráulico del acueducto del Padre Tembleque” emitida por la UNESCO en 2015 (UNESCO 2015).