La Presa de Zoquipan se construyé en los límites de la población de Atemajac del Valle, la cual con el crecimiento de la mancha urbana al paso de los años quedó absorbida, teniendo en consideración que esta zona transita el río Atemajac. Teniendo en sus proximidades al bosque de la Primavera al sur y poniente, la Barranca del Río Santiago al norte y el Lago de Chapala al oriente, el valle de Atemajac fue sitio de la cuarta y definitiva fundación de la villa de Guadalajara en 1541. . Con una traza reticular, la villa de españoles se asentó en la margen poniente del río San Juan de Dios, principal arteria del valle. Desde la Colonia emergió como importante centro administrativo y religioso, sede de la Real Audiencia, del Obispado y de las principales órdenes religiosas; concentró también centros de educación y asistencia, la Real y Pontificia Universidad, el Hospital Real de San Miguel y el Hospicio Cabañas; además de los servicios y el comercio, la urbe novohispana generaba una alta demanda de insumos, lo que determinó la dinámica de producción en los valles circundantes, principalmente de grano. En 1824 fue designada capital del Estado de Jalisco, comprendía ya los antiguos pueblos de Mezquitán, Analco y Mexicaltzingo; el subsecuente crecimiento de la urbe y los problemas implícitos quedan manifiestos en los estudios para el suministro de agua realizados desde finales del siglo XIX y la posterior construcción de infraestructura para abastecer del líquido desde Agua Azul, Colomos y El Colli. En la segunda mitad del siglo XX la urbanización rebasó sus límites territoriales, generando la zona metropolitana de Guadalajara que incluye los municipios de Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá y, actualmente, Tlajomulco. En la expansión de la metrópoli se absorbieron las áreas de las antiguas haciendas y pueblos de indios que otrora formaran el paisaje rural inmediato, mismos que conservan la arquitectura y tradiciones locales, en tanto que en el centro histórico de la capital predominan en la imagen urbana las casas decimonónicas con crujías en torno a un patio central y con ornamentación ecléctica en fachada, muchas de ellas modificadas en las recurrentes olas de modernidad.