El conjunto Catedralicio de la Ciudad de México, se localiza en la Plaza de la Constitución, en el Centro Histórico de la ciudad. Se conocen registros que indican que en el lugar donde se encuentra el conjunto religioso, durante la época prehispánica, se localizaba un templo dedicado a una deidad mesoamericana y otras edificaciones menores.

En 1524 Hernán Cortés mandó construir un templo en la Plaza Mayor; para la construcción de éste se aprovecharon, los monolitos del antiguo teocali indígena (Noriega 1960: 29), especialmente para la cimentación y para las bases de sus pilares. El Cabildo de la capital designó diez solares para erigir en ellos la que se denominaría Iglesia Mayor y sus dependencias mientras esperaban las bulas que darían lugar al obispado de México. La construcción de la obra estuvo dirigida por Martín de Sepúlveda (Prieto 1988).

El 2 de septiembre de 1530 el Papa Clemente VII creó el obispado de México. Fray Juan de Zumárraga, primer obispo y arzobispo mexicano, llegó a México a fines de 1528 y terminó la construcción del templo en 1532; en ese año Zumárraga regresó a España para ser consagrado obispo en la ciudad de Valladolid y a su regreso a tierras mexicanas en 1534, la Iglesia Mayor se convirtió en catedral. El 11 de febrero de 1546 Paulo III convirtió el obispado de México en Arzobispado Metropolitano (Prieto 1988). Debido al crecimiento de la población y el tamaño de la Capital del Virreinato de la Nueva España, esta iglesia fue considerada como pequeña e inadecuada. Como muestra de ello Fray Toribio de Benavente en 1555, escribió a Carlos V que “la iglesia mayor de Méjico, que es la metropolitana, está muy pobre, vieja y arremendada” (Angulo 1943: 148). Por lo que se decidió que era necesario construir una "Nueva Catedral".

El primer documento en que se habla de la construcción de la nueva catedral, es una cédula del 8 de octubre de 1536, en la cual se ordena que "vista la solicitud presentada por el canónico Cristóbal de Campaya en nombre del deán y cabildo de la iglesia de México, se vea lo que es necesario para construir una gran iglesia"; además el cabildo solicitó que los indios fueran quienes la construyeran, puesto que ellos edificaban sus adoratorios indígenas (Catedral Metropolitana). Claudio de Arciniega trazó el nuevo templo que se empezó a construir en 1562; labor que tuvo que suspenderse un tiempo debido a que los solares catedralicios habían sido ocupados por el Ayuntamiento (Catedral Metropolitana). A principios del año 1563 los indios ya trabajaban en los cimientos de la obra (Noriega 1960: 29). En un inicio, se pensó edificar una gran iglesia de siete naves semejante a la catedral de Sevilla; sin embargo al darse cuenta de las condiciones del suelo y los constantes movimientos telúricos a los que se enfrentaron, se decidió que se realizara lo mejor posible, pero atendiendo las necesidades de su contexto (Catedral Metropolitana). El 1573 se pone la segunda “primera piedra”, ya que se inician las obras del exterior del inmueble (Noriega 1960: 29).

En 1584 iniciaron las obras para mejorar la catedral vieja ya que al año siguiente se celebraría el Tercer Concilio Mexicano; logrado que el edificio se transformara en una iglesia muy digna (Prieto 1988). “Con estas reparaciones la catedral vieja continuó prestando sus servicios durante varios años, hasta que en 1626 fue derribada”, ya que se pensó que con esas medidas se activaría la obra de la nueva catedral; sin embargo no fue así (Catedral Metropolitana, Arzobispado de México).

En 1629 la construcción tuvo que suspenderse, debido a la inundación que se dio en la Ciudad de México. Las obras tuvieron que seguir, pero el culto en el lugar se reanudo cinco años después. En 1666 se celebró en la obra inconclusa las honras fúnebres del Rey Felipe IV. Para 1667 se terminaron las obras internas y continuaron lentamente los trabajos en el exterior durante el siglo XVIII (Noriega 1960: 29). “El artista que dio fin a la obra de la Catedral de México fue el escultor y arquitecto don Manuel Tolsá,” quien decidió armonizar el edificio que presentaba aspectos diversos (Toussaint 1973: 69). Diversos autores han dado fechas tentativas de la conclusión de la obra, hasta el momento la de mayor aceptación indica que fue en 1813 (Catedral Metropolitana). Fue declarado monumento histórico el 9 de febrero de 1931 (Casauranc: 158).

En 1993 se inició el proyecto de “Rehabilitación de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México” a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social encabezado por el arquitecto Sergio Zaldívar Guerra, Director General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Nacional, de la misma secretaría, con la colaboración del Instituto de Ingeniería de la UNAM. El proyecto se encargó de corregir parte importante de los hundimientos diferenciales que ha sufrido la catedral desde los inicios de su construcción. Posteriormente se tomaron medidas para evitar que los movimientos de la construcción produjeran daños en su estructura. Más tarde se realizaron diversas obras de refuerzo para mejorar la seguridad del templo ante futuros sismos y hundimientos ( Meli y Sánchez 2001).